25 de Noviembre – Nuevos Protocolos y Derechos

En el marco del Día de la Lucha contra las violencias por motivos de género el SGBATOS se puso en acción: 
Después de mucho tiempo de trabajo desde la SGeIOT en diversos ámbitos y gracias al apoyo y acompañamiento constante de nuestro Cro. Secretario General, quien brega por la integración de las y los trabajadores y por traernos más derechos, sumado a la voluntad política de la nueva conducción de la empresa; la semana pasada logramos instrumentar el acta Copar que hace realidad el “Protocolo de actuación para los casos de violencias en la vida privada de las y los trabajadores” y que contempla la “licencia por violencia doméstica” para las compañeras que sufren este flagelo, así como otros mecanismos de contención (movilidad funcional para no encontrarse con su agresor; posibilidad de préstamo preferencial para poder independizarse del hogar donde sufre violencia; seguimos con la contención y asesoramiento permanente por parte de nuestro espacio y armamos un equipo interdisciplinario al efecto); pero además, esta licencia, que es de un máximo de 30 días (pero que puede ser extendida para casos graves que así lo requieran) es extensible, de manera análoga, a la persona trabajadora (hombre o mujer) que sufriere otros tipos de violencias igualmente graves (violación de hijas/os; robo violento en la calle y/o robo con ingreso a vivienda, etc). 
Podemos decir con orgullo que esta fue una iniciativa del SGBATOS, elaborada a través de su Secretaría de Género e Igualdad de Oportunidades y Trato pero acompañada por toda la Comisión Directiva liderados por nuestro Secretario General, Cro José Luis Lingeri.
A esta voluntad política del sindicato en el camino de la integración y los derechos se suma la de la nueva gestión de la empresa en la persona de la Cra. Malena Galmarini. Porque la unión es el camino del éxito!
A partir de ahora las compañeras que sufren este flagelo ya no tienen que recurrir a otros mecanismos (licencias por enfermedad) para poder hacerle frente a un problema en el que ellas no están enfermas sino que están sufriendo otra realidad que, otrora invisible, es inadmisible en una sociedad moderna y en un Estado de derechos.